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domingo, 22 de noviembre de 2015

Mi experiencia con una cesárea (I) Operación y horas posteriores


En internet podéis encontrar muchísima información sobre las césareas. Cómo se realizan, los cuidados que hay que tener con la cicatriz, la retirada de puntos,... Pero como en mi caso yo no encontré ninguna opinión detallada de una mujer que hubiera pasado por ello, quiero daros la mía. 

Mi cesárea, según pone en el informe de alta, fue por RPBF o lo que es lo mismo Riesgo de Perdida del Bienestar Fetal. Rompí aguas a las 3 de la mañana. Viendo que apenas avanzaba me pusieron oxitocina. Las contracciones eran cada vez más seguidas y muy intensas. A los 4 cm me pusieron la epidural, creo que fue sobre las 14:30h. Ésta hizo que me bajase mucho la tensión y que bajase el ritmo cardíaco del bebé. Ahí creo que empezó el problema. Viendo que no recuperaba la normalidad, y después de un tacto donde vieron que estaba de 7 cm, decidieron hacerme una cesárea. Me dijeron:

El bebé ya está cansado. Así que, lo mejor es hacer una cesárea

Supongo que no querían asustarme. No querían decirme de forma directa que el bebé podía estar sufriendo. A partir de aquí, tengo que ser sincera y decir que pasé mucho miedo. Miedo ante lo desconocido. No había barajado la posibilidad de que podía entrar a quirófano. Por ello, os quiero responder, bajo mi experiencia, algunas dudas que podríais tener si os vieseis ante una cesárea. 


¿Con quién y cómo estás en quirófano?

En mi caso, y yo creo que en la mayoría, vas sola. No te permiten que te acompañe ningún familiar. Espero que esto cambie con los años porque en un momento así necesitas a alguien conocido a tu lado. 

Te ponen en una camilla de quirófano entera desnuda. Aunque en esos momentos es lo que menos importa. Te hacen quitar todo lo metálico. Hasta la gomilla del pelo si lleva chapa. Te ponen un gorrito, y te atan las manos a los lados, en cruz. También te ponen una sábana delante para que no puedas ver nada. 


¿Qué anestesia te ponen?

Tengo entendido que te ponen la intradural. La anestesia general es menos frecuente y creo que en casos urgentes o con problemas específicos. Si ya tienes puesta la epidural, como era mi caso, te aumentan la dosis por el catéter. Te preguntan la altura para calcular cuánto te tienen que poner. 


¿Duele o notas cuándo te cortan?

Notas que te están tocando pero sin sentir ningún tipo de dolor. Yo noté algo de escozor cuando ya me estaban poniendo las grapas. Se lo dije a la anestesista y no sé si subió la anestesia de nuevo o me puso algún tipo de calmante, pero la molestia pasó.


¿Cuánto dura la operación?

En mi caso, una media hora aproximadamente. Estuvieron unos 5 minutos preparándome y 20 o así cosiéndome y "apañándome". A Naiara apenas tardaron un par de minutos en sacarla. El corte lo hacen con un bisturí eléctrico, así que, tardan muy poco.


¿Qué pasa con el bebé?

A mí me la enseñaron y me dejaron darle un beso en la cara nada más nacer, aunque ya la traían envuelta en una sábana verde. Yo estuve en todo momento con las manos atadas. Apenas la vi unos segundos y se la llevaron. Luego la matrona me la trajo un par de minutitos a la sala de observación. La puso al lado mía pero no la pude coger. Mi bebé necesitaba estar en la incubadora porque traía los pies y las manitas moradas. De ahí que yo subiese sola a la habitación y ella viniese dos horas más tarde de nido. 

En este sentido, también deberían intentar buscar opciones para que bebé y madre estén separados el menor tiempo posible, siempre y cuando ambos estén en perfecto estado. Me habría encantado tenerla conmigo en la sala de observación y haber subido juntas a la habitación. 


Foto Internet


¿Y después de quirófano?

Te suben a una sala de observación. Estás allí unas dos horas, también sola. Mi matrona vino un par de minutos a enseñarme la niña y nada más. No era una mujer muy agradable la verdad. En esa misma sala, separadas con cortinas, había dos mujeres más en mi mismo estado. A nuestros pies había monitores y escritorios. Allí entraban y salían matronas y ginecólogos que estaban atendiendo otros partos. 


¿Dolores de entuerto?

En mi caso sí. Suelen darse en un segundo parto o posteriores, pero yo los tuve las 3 horas que estuve en observación. Son como contracciones. La barriga se tensa y luego se deshincha. Son bastante molestos.  Aún teniendo la anestesia puesta, notaba como se estiraba la cicatriz.


Antes de subir a planta

Te hunden los dedos en la boca del estómago. De esto ya nos avisó el matrón. Solo tardan unos segundos pero es bastante doloroso. Lo hacen para comprobar que el útero se está contrayendo. En mi caso, me dijeron que estaba muy bien. Fue por los dolores de entuerto que ayudan a que el útero vuelva a su estado normal con mayor rapidez. 

La verdad es que salí de quirófano casi completamente plana. No quedaba ni rastro de mi barrigón de embarazada. 


En la habitación

Durante 3 o 4 días estás ingresada. En mi caso fueron 8 por el problema con la pierna. Todos las mañanas venía a visitarme la ginecóloga, además de enfermeros y la pediatra para ver a la niña. A mí me miraban la cicatriz, me la curaban, me daban antibióticos, me preguntaban como estaba,... A las 24 horas o así se supone que ya debes ir levantándote con cuidado y andar poco a poco. También debes de ir al baño para ver que todo está correcto. 

Como ya os conté mi recuperación fue atípica. No pude levantarme por la pierna. Salí 8 días después con un andador. Las dos veces que me levantaron fueron para sentarme en una silla de ruedas y hacerme el tac y la resonancia. Fue a los 4 días. Noté una tensión enorme en la cicatriz además de dolor. La zona se puso en un segundo caliente y roja. Pensé que se me habrían los puntos. La enfermera, super agradable, me dijo que era lo normal. Que ella también había pasado por una cesárea y que pasó casi un mes andando agachada para que no le tirase la herida.


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La vuelta a casa ya es otra historia. Y cómo aún queda mucho que contar sobre la cicatriz y sus cuidados, os cuento mi experiencia en el siguiente post. 









viernes, 20 de noviembre de 2015

Una cesárea, una pierna endeble, un andador y un recién nacido


Hay tantas cosas que contar que no se ni por donde empezar. No puedo separar mi cesárea de mi problema con la pierna, ya que un problema se unía al otro. Si ya de por sí una cicatriz de cesárea es molesta y dolorosa, sumadle una pierna que arrastra. Levantarme de la cama o del sofá ya era toda una hazaña. Imaginaos... 

Como ocurre con casi todas las dolencias, no nos damos cuenta de lo importante que es ese dedo, músculo o articulación hasta que tenemos un problema con él. Por un lado tenemos la cesárea. Una cirugía mayor que me dejó una cicatriz de casi 15 cm y 23 grapas. Por el otro lado, la pierna izquierda con el nervio afectado, lo cuál hacía que no pudiera apenas moverla. 

De ser una persona muy  independiente, pasé a ser super dependiente. Siempre necesitaba a alguien conmigo, porque aunque yo podía estar un ratito sentadita en el sofá sin hacer nada, tenía un recién nacido que necesitaba atención las 24 horas del día. Ambas necesitábamos ayuda las 24 horas del día.

Así que desde que parí hasta más o menos pasados 3 meses he estado en compañía a todas horas. Me tenían que incorporar en la cama o levantar del sofá tirando de mis brazos, acompañarme hasta para ir al baño, incluso bañarme. En el hospital estuve 8 días sin bajar de la cama, lavándome con esponjas jabonosas y un balde de agua. Así que lo primero que hice al llegar a mi casa, o más bien a la de mis padres fue ducharme. 

La ducha que mejor me ha sentado en toda mi vida, también la más atípica. Al tener el baño en la planta de arriba tuve que bañarme en el patio con la manguera enganchada al termo. Mi madre preocupada porque me pudiera ver algún vecino, pero yo con todo lo que ya había pasado, eso era lo que  menos me importaba. 

Después de unas de las primeras duchas, mientras me daba crema, note como piel despellejada en el trasero. Me miró mi madre y casi le da algo. A la cicatriz, la pierna coja y las estrías se sumaban dos grandes escaras. Si,si,... esas llagas que les salen a los ancianitos que no pueden  moverse. Se las enseñé al matrón y me dijo que estaban en su fase inicial. Que probase unos días a hidratarlas y que sino veía mejoría me mandaría una crema antibiótica. Menos mal que el bendito aceite de rosa de mosqueta puro hizo que la cosa fuese mejorando. La piel, después de varias semanas, recuperó su aspecto habitual.

Y para rematar también os contaré que mi trasero y mis piernas eran dos auténticos pellejos colgones. Salí del hospital con casi 10 kilos menos y con una movilidad muy muy muy reducida. Es impresionante como puede deteriorarse tanto el cuerpo en tan solo una semana.

Las dos primeras semanas, una en el hospital y otra en mi casa, estuve recibiendo pinchazos de heparina en la barriga debido a la inmovilidad. El mismo día que llegué a mi casa casi me caigo para atrás agarrada al andador. Menos mal que mi padre y mi pareja me agarraron a tiempo. No se como pudieron hacerlo tan rápido. Si llego a caerme con toda la barriga cosida, no se que habría sido de mi. 

Después de mucha paciencia, mucho esfuerzo, algunos momentos de llanto y agobios, muchísima ayuda, muchísimo cariño y algunas caídas, he recuperado después de 5 meses la movilidad al 100%. Aún me queda coger un pelín de fuerza, pero ya estoy casi recuperada por completo. Por supuesto, ver a mi hija hacía que sacara fuerzas de donde no había.




Muchas gracias a las que me seguís leyendo. Quería contar mi historia para darla a conocer por si a alguna os toca pasar por lo mismo, que espero que no. Tuve un embarazo muy bueno, un parto que acabó después de 14 horas en cesárea y una recuperación complicada. Del otro lado tengo una niña maravillosa, preciosa, sana y buenísima. Tiene ya 5 meses y 10 días, pesa 8 kg y mide 70cm. Todo ello con lactancia materna exclusiva. Me habían rajado la barriga y dejado casi lisiada de una pierna, pero la lactancia materna iba a salir bien sí o sí.  De ella y de mi experiencia con la cesárea, os hablaré en los próximos post. 


Miles de besos



martes, 17 de noviembre de 2015

Entrar con bombo y salir con andador


Con el tac y la resonancia se habían descartado los posibles daños a la columna, pero seguíamos sin saber qué me había ocurrido. Todos los médicos coincidían en que no se podía saber con exactitud qué había originado esa inmovilidad en mi pierna izquierda. Que no era algo habitual, pero que podía pasar. Las causas podían ser diversas. Desde la misma punción de la epidural que hubiese rozado algún nervio hasta una mala postura en el potro una vez anestesiada. Ese no era mi caso ya que yo no llegué a estar en esa posición. Pero los neurólogos apuntaban a la cesárea, no a la epidural. 


Según he leído en internet:

Con la cirugía se corta la piel de forma horizontal. Después se separa la grasa y se corta en sentido transversal la aponeurosis, que es una fuerte capa que sujeta los músculos abdominales y los intestinos. Los músculos abdominales se separan, no se cortan. El peritoneo, una fina bolsa donde se acumulan los órganos abdominales, se desgarra suavemente con los dedos. Así se accede al útero. Este se abre con un corte transversal por una zona llamada segmento, que se encuentra entre el cuello y el cuerpo del útero, para sacar al bebé.



Con todo ese "ajetreo" en la barriga, se puede comprimir un nervio, adormecerlo. Esto ocasionaba la inmovilidad. No es algo permanente, tiene recuperación pero es lenta. Me dijeron que aunque no me lo podían asegurar al 100%, ellos creían que me iba a recuperar por completo. Eso sí, no sabían en cuanto tiempo. Podían pasar semanas o hasta seis meses o un año.

Habían pasado 8 días cuando llegaron a esta conclusión. Todos ellos los había pasado en la cama del hospital, boca arriba sin poder moverme. Los primeros días solo movía el tobillo y la rodilla de forma ligera. Luego levantaba la rodilla con mucho esfuerzo hasta poner el pie sobre la cama. Solo los dos últimos días apoyé los dos pies en el suelo con mucho esfuerzo y mucha ayuda.


Entré al hospital el miércoles 10 de Junio a las 3 de la madrugada con la bolsa rota. Salí el jueves 18 al medio día, 8 días después con una niña sana y preciosa, con un andador y una cicatriz con 23 grapas. Debía dar rehabilitación en mi centro de salud, tener paciencia y tomar mil y una pastillas con todo tipo de vitaminas y minerales. 


Ahora venían los días más duros...



domingo, 15 de noviembre de 2015

El reencuentro y la recuperación post-parto


Parecía mentira. Después de tantas horas, casi 14 horas en paritorio más 4 entre quirófano y observación, iba a subir a planta. Eran las 9 de la noche y la habitación estaba vacía. A los pocos minutos empezaron a llegar los familiares. Tengo que agradecer que entrasen en silencio, me saludasen y se fuesen. En esos momentos no te apetece nada. Solo estar con tu bebé. 

Y eso fue lo primero que le dije a mi madre al verla, que dónde estaba la niña. En ese momento ya fue cuando me enteré que había estado todo el tiempo en la incubadora recibiendo oxígeno. Que había nacido con los pies y las manos moraditas, pero que no tenía que preocuparme. 

La trajeron dos horas más tarde, a las 11 de la noche, al poco rato de irse toda la visita. Supongo que no fue casualidad, lo cuál agradezco. Era el momento de reencontrarnos y comenzar con la lactancia materna. Un momento delicado e íntimo a mi parecer. La enfermera llegó con ella en la cuna y me la puso sobre el pecho para que le diera calor. Al fin había pasado todo. Ella estaba en perfecto estado y yo por el momento también. 





Yo seguía con el catéter de la epidural puesto. Fui recibiendo anestesia hasta el día siguiente a las 8 de la tarde. Es decir, más de 24 horas. Creo que fue para que no me doliese la cirugía de la barriga. Con los días me enteré de que la cesárea había sido algo más complicada de lo habitual. Naiara venía con dos vueltas de cordón umbilical, una al cuello y otra al cuerpo. De ahí también que mi cicatriz no sea del todo pequeña. Exactamente, 23 grapas. 


A las 5 o 6 horas de haber retirado la epidural, lo normal era volver a tener movilidad en las piernas. Con la derecha no hubo problema, pero con la pierna izquierda no fue tan sencillo. Sensibilidad tenía, pero no podía moverla. Empezamos a preocuparnos, ya que pasaban las horas y seguí igual. A partir de aquí me visitaron anestesistas, ginecólogos, matronas, neurólogos, ... Ya estábamos a viernes, hacía 48 horas de mi cesárea, y aún no sabíamos qué le había pasado a mi pierna. Pidieron que me hicieran una resonancia y un tac, para descartar lesiones en la columna. El tac fue el sábado y la resonancia el lunes. Hasta el martes no supe que las dos pruebas habían salido bien. 


¿Qué me estaba pasando entonces?

Próximo post Martes 17

domingo, 1 de noviembre de 2015

Una cesárea que no entraba en mis planes


A las 16:30 horas aproximadamente entraba en quirófano. Para las personas que no lo sepan, a mí por suerte ya me habían advertido, te “atan” las manos imagino que por seguridad. Además, te colocan una sábana delante para que no puedas ver nada y así estar lo más tranquila posible.

Una vez preparada, me aumentaron la dosis de anestesia por el catéter que me habían dejado colocado cuando me pusieron la epidural. Al subir la dosis para comenzar con la cesárea me mareé de nuevo. Esta vez más fuerte, ya que tuve hasta arcadas. Me pusieron oxígeno por la nariz y la anestesista empezó a tranquilizarme tocándome la cara y diciéndome que ya se me iba a pasar. Que el oxígeno ayudaría a mi bebé a respirar mejor. La verdad es que ayuda mucho que el personal sanitario te trate con tanto cariño. El mal rato pasó en pocos minutos.

Dormida de cuello para abajo, pero consciente de todo, comenzó la operación. Noté como me trasteaban la barriga. A los pocos segundos escuché llorar a Naiara. Eran las 5 de la tarde en punto. Me la pusieron unos segundos al lado de mi cara para que la viera, le diera un beso y luego se la llevaron. Eso fue para mí lo más triste de la intervención por cesárea. El principal motivo por el que no quería haber llegado hasta allí. El no poder quedarte con tu bebé. Que nos separasen en un momento tan importante y bonito.


Imagen internet


Volviendo a la operación, conmigo estuvieron unos 15 o 20 minutos más. La verdad es que no fue muy agradable escuchar como iban, entre otras cosas grapando la barriga, a pesar de no sentir nada de dolor. Una vez que acabaron, me llevaron a una sala de observación donde estuve 3 horas de reposo. En todo ese tiempo estuve sintiendo los llamados dolores de entuerto. Poco frecuentes en primerizas. Notaba como se tensaba toda la barriga al igual que con las contracciones. A pesar de seguir anestesiada, notaba escozor y tirantez cuando la cicatriz se tensaba.


Habría pasado una media hora cuando la matrona me trajo a Naiara para que pudiera verla. El encuentro no duró ni 5 minutos, porque aunque yo todavía no lo sabía, ella debía estar en la incubadora unas horas. Yo creía que estaba con su padre haciendo el piel con piel, pero no era así. Su padre estaba allí, pero viéndola a través del cristal. Supongo que no me lo dijeron para no preocuparme.


Después de 3 horas que se hicieron eternas subí a planta. Por fin!!!